Este tipo de inteligencia nos permite formar una
imagen precisa de nosotros mismos; nos permite poder entender nuestras
necesidades y características, así como nuestras cualidades y defectos. Y
aunque se dijo que nuestros sentimientos si deben ayudar a guiar nuestra toma
de decisiones, debe existir un límite en la expresión de estos. Este tipo de
inteligencia es funcional para cualquier área de nuestra vida.
Aspectos biológicos: los lóbulos frontales
desempeñan un papel central en el cambio de la personalidad, los daños en el
área inferior de los lóbulos frontales puede producir irritabilidad o euforia;
en cambio, los daños en la parte superior tienden a producir indiferencia,
languidez y apatía (personalidad depresiva). Entre los afásicos que se han
recuperado lo suficiente como para describir sus experiencias se han encontrado
testimonios consistentes: aunque pueda haber existido una disminución del
estado general de alerta y una considerable depresión debido a su estado, el
individuo no se siente a sí mismo una persona distinta, reconoce sus propias
necesidades, carencias, deseos e intenta atenderlos lo mejor posible.
Capacidades implicadas: capacidad para plantearse
metas, evaluar habilidades y desventajas personales y controlar el pensamiento
propio.
Habilidades relacionadas: meditar, exhibir
disciplina personal, conservar la compostura y dar lo mejor de sí mismo.
Perfiles profesionales: individuos maduros que
tienen un autoconocimiento rico y profundo.
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