Esta inteligencia la tienen las personas que puede
hacer un modelo mental en tres dimensiones del mundo o en su defecto extraer un
fragmento de él. Esta inteligencia la tienen profesiones tan diversas como la
ingeniería, la cirugía, la escultura, la marina, la arquitectura, el diseño y
la decoración. Por ejemplo, algunos científicos utilizaron bocetos y modelos
para poder visualizar y decodificar la espiral de una molécula de ADN.
Aspectos biológicos: el hemisferio derecho (en las
personas diestras) demuestra ser la sede más importante del cálculo espacial.
Las lesiones en la región posterior derecha provocan daños en la habilidad para
orientarse en un lugar, para reconocer caras o escenas o para apreciar pequeños
detalles.
Los pacientes con daño específico en las regiones
del hemisferio derecho, intentarán compensar su déficit espacial con
estrategias lingüísticas: razonarán en voz alta, para intentar resolver una
tarea o bien se inventarán respuestas. Pero las estrategias lingüísticas no
parecen eficientes para resolver tales problemas.
Las personas ciegas proporcionan un claro ejemplo
de la distinción entre inteligencia espacial y perspectiva visual. Un ciego
puede reconocer ciertas formas a través de un método indirecto, pasar la mano a
lo largo de un objeto, por ejemplo, construye una noción diferente a la visual
de longitud. Para el invidente, el sistema perceptivo de la modalidad táctil
corre en paralelo a la modalidad visual de una persona visualmente normal. Por
lo tanto, la inteligencia espacial sería independiente de una modalidad particular
de estímulo sensorial.
Capacidades implicadas: capacidad para presentar
ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar
y confeccionar bocetos.
Habilidades relacionadas: realizar creaciones
visuales y visualizar con precisión.
Perfiles profesionales: artistas, fotógrafos,
arquitectos, diseñadores, publicistas, etc.
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